Disfrutando la Vida en el Loire

Disfrutando la Vida en el Loire


Bueno amigos, todavía esta nevando a lo loco en Maine. A pesar de estar a fines de marzo, todavía tenemos varios pies de nieve en el suelo, y 22 grados afuera (Fahrenheit, para mis amigos argentinos y europeos). Sin embargo, para ser sinceros, en este preciso momento nos encontramos disfrutantdo junto a una hermosa piscina, cerca de Orlando. Aprovechamos un fin de semana largo, combinando una visita pendiente para ver a mis padres (¡y conseguirles su primer i-phone!) con la sorpresiva visita de nuestros buenos amigos, Andy y Jayne, de Inglaterra. Mientras tomaba mi café esta mañana, pensé en todos los buenos momentos que hemos vivido con Andy y Jayne, y en particular, nuestras visitas a su casa en el Valle del Loire. Si hubieses sido un pajarito posado en una rama, en un atardecer cualquiera en Le Bois (la casa de Andy y Jayne en el Loire) , ¿qué hubieses visto y escuchado? Seguramente hubieses visto unas cuantas edificaciones de piedra, bañadas por una luz dorada, un brillo púrpura en el horizonte sobre el campo arado, la puesta del sol y sentido una suave brisa cálida trayendo el aroma a suelo fértil.

Y pasando el sauce grande, hubieses escuchado el leve tintineo de las copas, pero más que nada, hubieses escuchado el sonido de las risas. Si alguna vez pensaron en visitar Francia; o si han estado en París y quieren explorar otras áreas de Francia; o si simplemente sueñan con un lugar cálido para disfrutar después de un crudo invierno, sigan leyendo.

Conocimos a Andy y Jayne, en Jamaica. Paula y yo habíamos decidido ir de vacaciones a la playa, buscando simplemente un lugar donde relajarnos durante una semana; un lugar cálido y “all inclusive”. Me gusta el concepto de “todo incluído”, aunque sé que podría terminar pagando un poco más (sí, es cierto: a menos que bebas como un pez, a menudo resulta más barato ir “a la carta”, por así decirlo. Me gusta la idea de registrarme y despreocupándome por firmar cuentas o dar propinas, sin siquiera llevar mi billetera encima durante la semana, y pagando todo al final. Elegimos el Sandals Royal Plantation, en Ocho Ríos. En el Salón de Recepción del Hotel en el aeropuerto, nos invitaron a tomar algo mientras esperábamos al resto de los pasajeros que compartirían el viaje de unas 2 horas hacia Ocho Ríos donde se encuentra el hotel. Unos 20 minutos más tarde, junto a los demás, seguimos al chofer de la camioneta.
Para nuestra sorpresa, vimos a un valijero empujando un enorme portaequipaje lleno de valijas hacia la caminoneta, lo cual era extraño, ya que: (a) nosotros llevábamos nuestras valijas de mano; y (b) una de las otras dos parejas, también llevaban las suyas. Oh bueno, pensé, tal vez hay más parejas esperando en la camioneta. Pero no… no había otras personas (Ok, lo admito, la foto no es del verdadero carrito de equipaje, pero se le parece bastante). Una vez acomodados, nos encontramos con nuestros compañeros de viaje. Una de las parejas era joven y claramente no estaba demasiado interesada en nadie más. La otra tenía nuestra edad, y enseguida entablamos una amena conversación. Andy y Jayne son ingleses, de Hull, y estaban en el final de unas largas vacaciones. Habían pasado más de una semana explorando el noreste de EE. UU., y ahora estaban terminando con una semana de playa. Nos dimos cuenta que el equipaje, era de ellos. “Viajar livianos” no era lo suyo, esto fue algo que nos hizo reir muchísimo a todos y pasamos un entretenido viaje, camino al complejo. Pronto nos hicimos amigos y pasamos una semana fantástica en la playa. Así supimos más sobre ellos: Andy tenía su propio negocio de inversiones financieras; Jayne, una guardería; dos hijos en edad universitaria; y, eran dueños de Le Bois, un “complejo” de vacaciones en el Valle del Loire (pronunciado “lwahr”). Nuestra amistad floreció, y pronto intercambiamos invitaciones para encontrarnos nuevamente, en nuestro departamento en Nueva York, y otra vez en Jamaica, al año siguiente. Como estábamos planeando un viaje a Europa el próximo verano, Andy y Jayne sugirieron que pasáramos una semana con ellos en el “Loire”.”El Loire” … Pasar una semana en el Loire sonaba tan elegante y divertido… ¡aceptamos rápidamente, no fuese que decidieran retirar el ofrecimiento! Con la llegada del verano, comenzamos a emocionarnos con nuestro viaje. El plan era volar a París, pasar unos días allí y luego tomar un tren a Le Mans, donde Andy y Jayne nos recogerían y nos llevarían a su casa de campo. Esta región de Francia está a unas 3 horas al suroeste de París. Esta es una hermosa parte de Francia, 

salpicada de castillos y casas señoriales, y atravesada por el río Loire. La tierra del Valle del Loire produce algunos vinos maravillosos, particularmente alrededor de las ciudades de Saumur y Chinon. El paisaje se caracteriza por colinas, bosques, pueblos rurales y su agricultura. La zona sigue siendo una importante región agrícola de Francia, que incluye carne de vaca, cerdo, aves de corral, leche y cereales. También es muy conocida por el “Cremant del Loire”, un vino espumoso (esencialmente un Champagne (aunque no se lo puede llamar así porque el término Champagne esta reservado para los vinos espumosos de esa zona) producido con Chenin Blanc, en esta región. El Cremant es maravilloso y refrescante, con predominio de sabores de pera, limón y miel. Después de un lindísimo fin de semana en París, abordamos el tren para Le Mans. Llegar a esta región es fácil, ya sea en auto, tren o avión. Optamos por el tren, y Andy y Jayne nos recibieron en la estación. Como llegamos cerca de la hora del almuerzo, sugirieron que almorzáramos en Le Mans antes de dirigirnos a Meigne Le Vicomte, el pequeño pueblo cerca de su propiedad. Era un día espectacular, muy cálido y soleado, así que decidimos sentarnos afuera.
El almuerzo (en La Fou du Roy) tuvo todo lo bueno que uno puede esperar en Francia: mariscos frescos, vino increíble y ritmo lento. Compartimos algunas ostras: la Bretaña es una de las regiones productoras de ostras más grandes del mundo, realmente imperdibles!. Los franceses son muy particulares sobre el origen y la procedencia, especialmente de la comida de mar, y antes de servirlas, nos dieron todos los detalles. 
Servir los productos “De la granja a su mesa” es parte de su cultura. Con un poco de pereza, dejamos nuestra mesa, para emprender nuestro camino al “Loire Valley Gites”, la propiedadad de Andy y Jayne en la campiña. “Gites” es el termino francés que se usa para denominar a una propiedad de vacaciones amueblada, ofrecida en alquiler, por lo general en zonas rurales.
Nos abrimos camino a través de un increible paisaje, y a través de varias poblaciones pequeñas. Pasando el pueblo de Meigne le Vicomte, doblamos por un camino rural a través de campos y bosques, y llegamos al camino de entrada a Le Bois, nuestro hogar durante la semana siguiente.

El complejo de 2 acres esta compuesto de dos edificios: Le Bois – la casa principal; La Bucheron – una casa de huéspedes-; y los graneros, aún por restaurar. Es un lugar acogedor, rodoeado de una frodosa arboleda y tierras de cultivo.  Cuando Andy y Jayne descubrieron la propiedad, estaba considerablemente deteriorada. Los edificios originales datan de 1750 y formaban parte de la propiedad agrícola. El dueño anterior había comenzado a remodelar la propiedad, pero debido a su edad, perdió interés con el paso del tiempo. Andy nos contó que habían estado buscando una propiedad durante un largo tiempo, pero que en cuanto vieron este lugar, supieron de inmediato que éste, era el lugar para ellos. Lo que vemos hoy en día, es el resultado de una renovación que llevó varios años.  Una de las características distintivas de estas construcciones es el uso de la piedra tuffeau, una piedra caliza local. La pátina amarillenta en la piedra insinúa la edad de las estructuras y la impregna de características únicas. Andy y Jayne querían mantener el estilo original de los edificios tanto como fuera posible, de modo que, aunque están completamente renovados en cuanto a las comodidades modernas, conservan su estilo original. Estas construcciones generalmente se construyeron en el estilo poste y viga, con maderas de roble o castaño. El interior de Le Bois es simplemente espectacular: vigas a la vista que han sido restauradas, teñidas y barnizadas. Me impresionó especialmente el primer piso, donde las vigas expuestas generan una sensación de “loft”en las habitaciones. En algunas áreas hay que andar con cuidado para no golpearse la cabeza en uno de los travesaños, este es uno de los sacrificios necesarios para mantener la integridad arquitectónica de la estructura original, pero todo agrega al encanto. Abrimos las ventanas de nuestra habitación y desempacamos. Si bien era un día muy caluroso, la habitación estaba fresca, otra característica típica al mantener la estructura original. Las paredes anchas aíslan el interior generando una temperatura ideal. La brisa perfumada de lilas transmitía los sonidos del campo – algunos pájaros cantores, un tractor distante, la paz y la tranquilidad de este entorno privado.  Y así, comenzó nuestra primera semana en Le Bois. Establecimos una rutina diaria: nos levantábamos temprano: Andy y yo íbamos a buscar los croissants para el desayuno recién salidos del horno, a una pequeña panadería cerca de Meigne Le Vicomte. Los dueños son una pareja mayor que debe levantarse a la madrugada para cocinar sus delicias caseras. Déjenme decirles: ¡No han vivido hasta que no hayan probado los croissants recién salidos del horno de una panadería local! Después del café
y un croissant en la cocina, planeábamos las actividades del día. Hay mucho que hacer en esta región, desde visitar uno de los muchos castillos, recorrer las rutas de los viñedos o incluso navegar en kayak por el río Loire. O también, una de nuestras actividades favoritas: … ¡simplemente no hacer nada! Le Bois tiene una
maravillosa piscina climatizada, y pasamos varios días simplemente descansando y disfrutando de la piscina. Una de nuestras primeras visitas fue al Mercado en Langeais, un pueblo más grande a unos 25 minutos de distancia. Langeais tiene un fantástico castillo medieval en el centro histórico que domina el pintoresco pueblo. Nos encanta explorar los mercados locales, y el de Langeais es el sitio perfecto.
Los agricultores y los productores de la región llevan sus productos y animan a los visitantes a probarlos. Tanto los quesos de leche de vaca como de cabra, se elaboran localmente. Selles-sur-Cher es un queso de leche de cabra riquísimo, ligeramente salado. Cure Nantais es un queso de leche de vaca con trocitos de naranja y un fantástico sabor ahumado.  Entre los fiambres, todos locales, hay terrinas, pates, y salamines. De pronto, nos dimos cuenta que estábamos cargados con muchas cosas para probar en Le Bois, sumando varias baguettes. Andy y yo compartimos filosofías y puntos de vista, y los dos estuvimos de acuerdo en que, ya que estábamos haciendo ejercicio regularmente con viajes de ida y vuelta de la casa a la piscina para buscar más cerveza, ¡estábamos seguros que las calorías adicionales no serían un problema! Otro día, visitamos un castillo llamado Chateau de Villandry. Originalmente construido en el siglo catorce.  Este castillo tiene unos jardines impresionantes, distribuídos en un estilo renacentista, sin duda mi parte favorita de este recorrido (bueno, de hecho, no: ¡mi parte favorita fue el almuerzo que disfrutamos en La Doulce Terasse!). El significado histórico de esta región es muy importante. Este lugar era el centro del Ducado de Aquitania, y el hogar de Enrique II y Eleanor de Aquitania (personificado por Peter O’Toole y Katherine Hepburn en El León en Invierno). Cuando el rey Felipe de Francia fracasó en las negociaciones de paz con Enrique II, su ejército se alió con su hijo, Ricardo Corazón de León (¡una verdadera disputa familiar!) y esto llevó a Enrique II a retirarse a la región en Chinon, donde murió. Enrique II, su esposa Leonor de Aquitania y su hijo Ricardo el Corazón de León están enterrados en Fontevraud Abbey, cerca de Chinon. Esta es otra de las muchas cosas interesantes para ver.
Disfrutamos de excelentes almuerzos mientras explorábamos la zona. Como en general pasábamos la tarde y cenábamos en Le Bois, reservávamos la hora del almuerzo para nuestras excursiones gastronómicas. Los franceses ciertamente saben cómo almorzar de la mejor manera: nunca nos sentimos apurados, buenos vinos acompañando la comida; y todos los productos producidos en la región. Normalmente, ordenábamos el vino de la casa, un consejo que les doy a todos, especialmente cuando se viaja a regiones productoras de vino. El vino de la casa es el que eligen los lugareños y siempre será bueno y menos costoso que el de la carta. Fuimos muy afortunados ya que el valle del Loira produce algunos de los mejores vinos de Francia. Aunque se conocen principalmente vinos blancos y rosados, también hay buenos vinos tintos, especialmente los elaborados cerca de Chinon, en la zona de St-Nicolas-de-Bourgueil. Durante el día, generalmente tomábamos vino blanco o rosé frío, debido al calor en esta época del año (agosto). Por la noche, en Le Bois, comenzábamos con un buen Cremant espumoso, y luego, usualmente tomamos un vino tinto de Bourgueil (generalmente de Cabernet Franc). Las bodegas en esta región son todas pequeñas, y en general, son administradas por sus dueños. Hay numerosos recorridos para visitar los viñedos. Andy y Jayne en general hacen un par de estas excursiones cuando hospedan familiares o amigos (y aunque Jayne solo toma espumante, Andy toma la posta y cata los vinos en nombre de la familia Craggs!). Le Bouff’tard, un pequeño y modesto restaurante en un pueblito llamado Hommes es sin duda digno de ser mencionado por la excelente relación costo-calidad con la que reciben a sus clientes. 
Aunque no hay mucho que ver desde afuera, la comida, el servicio y el valor en Le Bouff’tard, fueron excepcionales. Las dos veces que fuimos, elegimos el menú del mediodía con precio fijo que incluye la copa del vino de la casa. Es difícil creer que tan buena comida, se pueda servir por menos de 16 euros por persona. Otros almuerzos memorables fueron en Saumur y Chinon, por lo general, algún tipo de marisco de Normandía o Bretaña, acompañado por productos locales. Es divertido explorar esta región de pueblitos pintorescos. Cuando viajamos, a veces vemos propiedades y fantaseamos con la idea de remodelar una pequeña propiedad. Así uno de esos días decidimos visitar una casita de piedra de tuffeau con un granero
que había sido parcialmente restaurado, y una atractiva piscina situada en la base de una antigua ruina. Yo estaba listo para comprar la propiedad en ese momento, pero Paula, que es la más racional de los dos, me hizo volver en mí. Cuando salíamos de la propiedad, Andy retrocedió con su auto que quedó parcialmente encajado en un pozo al costado de la de entrada de la casa. No tardamos en darnos cuenta que una de las ruedas traseras había quedado en el aire. Nos imaginamos esperando una grúa por horas, hasta que ví un tablón de madera y tras colocarlo bajo la rueda en el aire, pudimos salir airosos. Después de este rescate, Andy me apodó “Action Man” (hombre de acción). No se si estaré a la altura de tal apodo… Lo siento Andy!!!

Los atardeceres en Le Bois giraban alrededor de la piscina, caminando por la propiedad o pasando el tiempo en la casa. Por la noche, casi siempre comíamos al aire libre, ya sea en la terraza trasera o delantera. Ambas áreas tienen parrillas que Andy instaló para los huéspedes. Preparamos comidas con productos locales, siempre comenzando con queso y fiambres traídos de nuestras visitas al mercado, y panes de la panadería artesanal. Uno de esos días, recordando lo hablado en nuestros encuentros anteriores, decidimos hacer pizza. Tanto a Andy como a mí, nos encanta la competencia y decidimos hacer una pizza cada uno y luego pedirles a Jayne y Paula que decidieran cuál era la mejor. Yo, ignorando totalmente la forma, intenté enfocarme en la simplicidad y el sabor. Andy, como buen inglés, se aseguró de que su pizza estuviera bien formada … es decir, redonda, contrastando con mi formato “libre”. Aunque ellas finalmente se negaron a coronar a un ganador, tuve que admitir que la pizza de Andy era la ganadora por sabor y formato.  En nuestros dos visitas, la semana pasó demasiado rápido, y pronto llegó la hora de despedirnos. Para nosotros, y estoy seguro que para la mayoría de ustedes también, los paseos como estos, son siempre más memorables cuando podemos compartirlos con familiares o amigos. Si bien estos lugares son bellos por sí mismos, es el tiempo que se pasa con las personas que uno quiere, lo que crea recuerdos inolvidables. El Loire no es necesariamente la primera opción en la que uno piensa cuando planea un viaje a Francia. Claramente, si es su primera visita, querrán pasar unos días en París. Pero les recomiendo que consideren visitar esta región que a menudo se pasa por alto. Los precios son muy razonables y realmente tendrán la oportunidad de experimentar lo regional. Terminando nuestro corto fin de semana, ahora visitando a Andy y Jane en Orlando (que están de vacaciones en los EE.UU.), fue muy divertido recordar los buenos momentos vividos en estos viajes. Gracias Andy y Jayne por la risa, todos los hermosos recuerdos y por lo que esté por venir!.

Dónde hospedarse
Si bien hay muchos lugares para alojarse en el Valle del Loire, no podría recomendar ningún lugar superior a Loire Valley Gites .  Este maravilloso complejo cuenta con una casa principal “Le Bois”, con camas para 6 personas en tres dormitorios, incluído dormitorio principal en suite. La casa tiene una gran cocina de campo, sala de estar y comedor. Le Bucheron es una casita de huéspedes con capacidad para 4 personas, e incluye su propia cocina, comedor y sala de estar. El complejo cuenta con parrillas para hacer asado, una piscina climatizada en 2 acres muy privados en la campiña francesa cerca de Meigne Le Vicomte. La propiedad está muy bien mantenida, y Andy y Jayne pueden ayudarlos a planificar su viaje con mucha información sobre cosas locales para hacer.


Dónde comer

¿Por dónde empiezo acá? Hay tantos pequeños restaurantes en esta área que vale la pena visitar, que dudo en proporcionar demasiados detalles, ya que querrán explorar por su cuenta. Si llegan desde cualquier lugar cerca de Le Mans, recomiendo Le Fou du Roy (2 Impasse Sainte-Catherine, 72000 Le Mans, Francia). Es un pequeño restaurante cerca de la catedral y se llega tras un corto viaje en tranvía desde la estación de tren – es posible que desee reservar con antipación. Merece la pena ir al pequeño pueblo de Hommes para comer en La Bouff’tard (5 Place du Huit Mai, 37340 Hommes); Para almorzar recomiendo el menú fijo; la mejor comida en esta región. En Chinon, recomendaría Bistrot de la Place (47 Place du Général de Gaulle, 37500 Chinon), que se encuentra junto a una hermosa plaza con fuente. En Saumur, realmente disfrutamos  Le Grand Bleu
unos mejillones fantásticos. También en Saumur,
La Cave aux Moines si buscan una buena comida en un ambiente realmente diferente, prueben los distintos platos con champiñones por supuesto, pero también el pan Fouée, por el que son famosos. Finalmente, recomendaría buscar uno de los muchos mercados semanales de la región: compren algo de comida y coman al aire libre en algún lugar agradable.

Cosas para hacer
Hay tantas cosas que hacer que sería difícil elaborar una lista exhaustiva. Seguramente, querrán visitar algunos de los castillos que hicieron famosa a esta zona:  Nos gustó Chateau de Villandry ; Chateau de Langeais ; y Chateau d’Usse .
Hay muchísimas bodegas para visitar, la que nosotros encontramos es ésta: Langlois-Chateau impecable y con un espacio lindísimo para el “tasting”/cata de vinos al final del tour.  Si lo que les interesa es la historia, no querrán perderse
Fontevraud Royal Abbey
cerca de Chinon.
Esta abadía data del 1101 y es la tumba de Enrique II, Eleonora y Ricardo Corazón de León. Finalmente, algo extremadamente divertido para hacer, especialmente en el verano, es hacer kayak. El río no es muy profundo, y para nada torrentoso. Hay varios lugares para alquilar los kayaks. Nosotros alquilamos en Pole Nautique de Saumur.
O bien, pueden alquilar bicicletas y disfrutar el aire fresco.

Como llegar
Es sumamente sencillo llegar a esta región por auto, tren o avión. Es un área rural, por lo que necesitará un auto para explorar a fondo la campiña, no hay transporte público disponible. Conducir es muy fácil en Francia, y esta región tiene un sistema de autopistas bien desarrollado. Si vienen de EE. UU., les será más fácil volar a París, alquilar un auto y conducir hasta la allí (aproximadamente 3 horas en auto desde París), o pueden tomar un tren a Le Mans o Tours (el tren tarda unas 2 horas desde París), y allí alquilar un auto. Si desea volar, lo más fácil sería tomar un vuelo corto de París a Nantes, y luego alquilar un automóvil en el aeropuerto.